No hables, sólo dejame caminar por este lugar aunque esté minado de rosas con espinas, un túnel lleno de voces que juegan con tu ánimo, dejame hacer con ellas una montaña de nada, después callarlas, sólo dejame… Y si en este propósito de robarte una sonrisa, soy al menos un poco buena, entonces dejame pasear por este lugar, sólo dejame…
Deja que mi caricia dome a las fieras que encienden las razones que no tienen razón, y dejá que mi caricia te haga cerrar los ojos, te haga respirar hondo y entonces también, dejá que en ella descanse toda tu atención.
No hables de más si vas a caer en la cotidianeidad, porque quiero regalarte una brisa, sólo deja que te roce… que se esconda en tu pelo, y entonces por ahí puede ayudarte a soñar con algunos ángeles, dejalos que jueguen con tus ideas, con tus idas, con tus vueltas.
No hables así tu silencio se encarga de pintar mis palabras, dejá a estas letras correr por tus silencios, dejalas que te acaricien, sólo dejalas (sonreírte)… sólo dejame…
Tatiana Valle Klena
domingo, 1 de julio de 2007
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