La política es un terreno ajeno a la sociedad actual. Esta separación sociopolítica no es casual, que las personas rechazen a la política como actividad no es pura casualidad. Esta negación radica en que la clase política con sus actitudes y desempeños a la hora de llevar a cabo sus responsabilidades, alejan a la gente de esta actividad.
¿Por qué sucede esto? En el imaginario social, el político tiene de por sí una imagen negativa. Pero esto no ocurre porque sí, sino porque el propio dirigente se ganó el rechazo de la sociedad.
¿A base de qué? La visión negativa crece a partir de promesas que se esfuman al terminar la carrera electoral, de actitudes sospechosas que perjudicaron a las personas e hicieron que estas desconfiaran de los políticos y de otros motivos más.
La política, de por si, es un terreno difícil de cruzar. Donde es mucho más fácil ensuciarse que salir limpio. Donde el trabajo y la voluntad deben ser las premisas básicas, pero estas las cumplen muy pocas personas, que no abundan en la "superficie", es más generalmente son los "tapados", figuras políticas que no son conocidas en el mundo público, esto es por diferentes motivos ya sea porque su cargo no es lo suficientemente importante como para ser parte de la agenda pública o también porque no les interesa ser personas famosas, sino solamente hacer su trabajo.
Desde que el país volvió a la democracia, la política sufrió una degeneración y un desapego muy fuerte. La sociedad comenzó a descreer y a defraudarse de los personajes que componen esta actividad.
Aunque el gobierno haya sido Radical o Justicialista, las crisis igual estuvieron, entonces comenzó a correr la idea: "Son todos iguales", "que se vayan todos".
Ante esta crisis de identidad política que el país estaba sufriendo, los dirigentes en vez de volver a ganarse la confianza de la sociedad a base de propuestas concretas, ideologías, acciones, debates y demás, es decir realizar un cambio radical en la forma de hacer política, estos llevaron a cabo un cambio totalmente superficial, donde en verdad no se cambio nada.
Sus "nuevos" métodos para acercarse a la gente fueron mediante la publicidad marketinera; en campaña los políticos se venden como productos y atacan despiadadamente a los otros candidatos. Lo importante aca es enterrar al otro dando a conocer su "pasado oscuro" y que "yo voy a hacer mejor las cosas que él". Todo se hace en un contexto de publicidad digno de Coca-Cola o cualquier otro producto.
Entonces a los políticos de hoy en día se los puede caracterizar como vaciós de idelogía e interesados más que nada en "venderse" a la gente y no como hombres que están interesados en dialogar, debatir, mostrar sus propuestas, realizar acciones por y para el pueblo y no solamente por campaña. Igualmente tal caracterización es injusta ya que no compete a toda la clase.
En la actualidad la política es totalmente comparable con un campo de batalla donde lo más importante es desacreditar al otro. Una carrera por demostrar quien hizo peores cosas. La clase política es pesimista y negativa. Así es la visión que tiene la sociedad sobre ella y así es como actúa, resaltando lo malo por sobre lo bueno.
jueves, 26 de julio de 2007
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